Los escaparates están ahí esperándonos, mostrando sus variedades y precios. Hay días que no nos fijamos, hoy sí.
El escaparate es la ventana a otro mundo, la ventana del quiero y no puedo, o la del vecino que no conozco, la ventana al futuro y la ventana al pasado, la presente no la encuentro. La ventana al deseo, al derroche, a la ilusión del pobre y el ego del rico, la ventana de la codicia o la misericordia. La ventana vacía que miro para ver que hay dentro, o la llena que no muestra su interior.
¡Escaparate: muéstrame quién eres y te diré quién soy, o cuanto dinero tengo!
Hasta el escaparate que viene, ciao.
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