viernes, 25 de junio de 2010

El genio del televisor

Hamed era un tendero del zoco de Nador, los días para él eran como gotas de agua en el chorro de una cascada, todos eran iguales, monótonos, insulsos y aburridos, además la ventas no eran como para tirar cohetes. Un buen día, en el habitáculo de su pequeño puesto, escuchó una voz que salía de la pantalla que estaba justo a su espalda. Era una voz firme, no demasiado enérgica y picaresca que se dirigía a él, Hamed anonadado le dijo con voz temblorosa: ¿es a ? y el genio de la pantalla respondió: ¡si, a ?.

Escucharme bien, en vista de la vida tan aburrida que llevas te concederé tres deseos, y no me pidas que Marruecos gane el mundial, o que Salma Hayek venga a tu tienda a comprarte un lindo radio cassette y cosas de esas. Además tuviste la oportunidad de pedirle un autógrafo al monarca cuando se detuvo frente a ti en el nuevo paseo marítimo y te quedaste pasmado.
Te veo un poco flojo, deberías empezar a vender esos aparatos como los ipod, mp3, wi, consolas y alguna gama de móviles de última generación y no te obsesiones por los relojes de pulsera.
Ya me contaras otro día.

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